(Incluye socios) Wilmer Ruperti, el fiel revolucionario chavista detrás de las grandes estafas a la Nación

(Actualizado) Publicado el 10 de octubre de 2016 en El Pitazo

El contratista que costeó la defensa de los sobrinos de la entonces pareja presidencial venezolana y quienes hoy purgan sentencia por narcotráfico en Estados Unidos, se acercó en 2016 al ocaso de un millonario imperio que levantó a la sombra del chavismo: tres condenas millonarias, un divorcio y la crítica situación económica del mercado petrolero devoraron gran parte de la riqueza del hombre que se dio a conocer por salvar en 2002 el proyecto político del fallecido presidente Hugo Chávez. Pero Wilmer Ruperti, el contratista que no cesa en sus demostraciones de lealtad al chavismo, encontró otras maneras de “levantar” los recursos de la Nación.

Por: Fiorella Perfetto 

La “vida en pantalla” de Wilmer Ruperti es una suerte de novela por entregas. Su más reciente aparición fue el pasado 29 de septiembre de 2016, cuando ofreció una entrevista exclusiva al diario estadounidense The Wall Street Journal, en la que afirmó sin tapujos que costea los honorarios de los bufetes que defienden a Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo Flores, los sobrinos de la entonces pareja presidencial venezolana presos en Estados Unidos por conspirar para llevar cocaína a este país.

Tal generosidad, como el hecho de ventilar su condición de benefactor de ambas defensas en uno de los momentos más delicados del juicio que se le sigue a Campo y Flores, puede tener muchas interpretaciones. Sin embargo, no escapó del escrutinio público que esa declaración fue publicada tres días después de que Petróleos de Venezuela S.A (Pdvsa) anunciara a la empresa panameña Maroil Trading Inc., propiedad de Ruperti, como la ganadora de un concurso de licitación para el retiro de coque de la Refinería de Jose, en el oriente del país. El contrato está valorado en 138 millones de dólares.

Déjà vu, se repite la historia

No es la primera vez que Ruperti gana protagonismo por un gesto solidario con el gobierno chavista. Durante el paro petrolero de 2002 usó uno de sus buques para romper con éxito la paralización que mantenían los trabajadores de la petrolera estatal venezolana como medida de protesta contra las políticas económicas que quería imponer el fallecido presidente Hugo Chávez durante su primer mandato.

A pesar de contar con experiencia en el negocio del transporte petrolero y como marino mercante, lo cual ya le generaba ganancias sustanciales, fue a partir de ese episodio que Ruperti inició una carrera millonaria de película, pero aparentemente sin final feliz, según los datos recabados para esta investigación.

Ruperti fue honrado con la Orden del Libertador por el entonces presidente Chávez como reconocimiento a su esfuerzo por salvar su proyecto político. No fue este gesto, sin embargo, la distinción más importante. Por el influyente apoyo de figuras ligadas al Gobierno, Ruperti logró monopolizar el negocio de fletes navieros petroleros. Es así como comenzó a tejer una complicada red de empresas en Venezuela, Panamá y EEUU, para adquirir buques, fletar otros tantos y comenzar a amasar una fortuna que le permitió convertirse en uno de los hombres más adinerados del país.

Un nuevo gesto tuvo este comerciante hacia Hugo Chávez: el 18 de noviembre de 2004 adquirió, en una subasta de la casa Christie’s en Nueva York, un par de pistolas labradas en oro que pertenecieron a Simón Bolívar. La puja que llevó la joya a las manos de Ruperti se cerró en 1.687.500 dólares. Esta cifra batió el récord mundial del monto pagado por un armamento fabricado por Nicolas-Noel Boutet, el armero de Napoleón Bonaparte.

El diario venezolano El Mundo, Economía y Negocios, reseñó en su edición del 14 de septiembre de 2012 que Ruperti viajó expresamente a la subasta para adquirir las pistolas por considerar la compra “una cuestión de identidad nacional”. Las reliquias fueron entregadas a Chávez. Luego se conoció que las heredaron sus hijos, aunque Chávez había dicho en cadena nacional que el propio Ruperti le pidió hacer pública la “donación” de las armas del Libertador.

La fórmula “Ruperti”: empresas que se parecen, pero no son

Tan sólo en Panamá hay 25 empresas constituidas en las que Wilmer Ruperti aparece con cargos directivos. De ellas 19 nacieron durante la coyuntura del paro petrolero en 2002. En la actualidad solo siete están vigentes. En Venezuela se pudieron identificar otras 10 sociedades. En EEUU hay cinco compañías vinculadas a su nombre, todas inactivas.

Algunas de las empresas registradas por Wilmer Ruperti en Panamá para 2016

Fuentes consultadas para este trabajo aseguraron que esa lista es solo una parte de la gigantesca red de empresas que Ruperti constituyó, muchas bajo la dirección de otros socios, “con el objeto de suplantar el nombre de prestigiosas compañías para obtener jugosos contratos de fletamento de buques de transporte en la industria petrolera”.

Lógicamente, un hombre que se esforzó por darse a conocer como uno de los más poderosos representantes en el negocio del transporte naviero requería de un sistema comercial que le permitiese concretar acuerdos y movilizar grandes capitales. El plan funcionó, al menos por un tiempo, hasta que una empresa naviera rusa, defendiendo los intereses de ese país, descubrió el modus operandi que usó Ruperti.

En tiempo récord el marino mercante se hizo con una flota de 34 embarcaciones, entre las que se contaban dos súper tanqueros (el Hero 1 y el Leander) adquiridos para transportar petróleo a China en 2006, cuando el entonces presidente Hugo Chávez anunció el aumento en las exportaciones de petróleo hacia la nación asiática.

“El presidente Chávez recordó que en el pasado Venezuela no suministraba crudo al país asiático y comentó que actualmente envía 150 mil barriles diarios y que para finales del año se prevé que alcance los 500 mil barriles diarios”, dice una nota de la agencia ABN de junio de 2006.

En un repaso a los nombres de las empresas de su propiedad, la mayoría de ellas sin movimientos de capital, resaltan nombres similares a compañías internacionales de gran prestigio en el negocio naviero, entre ellas estos cuatro ejemplos: Sea Pioneer Shipping, Corp; Maroil Trading, INC, PMI Trading, INC o Novoship America, Corp. Esta última sociedad que Ruperti constituyó en 1996 lleva el nombre del gigante ruso Novoship, compañía que demandó al venezolano en 2006 por prácticas fraudulentas.

Sea Pioneer Shipping, Corp, con jurisdicción en Panamá, imita el nombre del gigante griego Sea Pioneer Shipping Corporation, empresa fundada en 1967 y una de las principales administradoras navieras del mundo. De hecho uno de sus buques, el tanquero Clarity, sirve a Pdvsa con bandera venezolana. Se envió una comunicación a la empresa griega para conocer si existe un vínculo con la sociedad de igual nombre propiedad de Ruperti, pero no recibió respuesta hasta el momento de publicarse esta investigación.

Posición del buque para el 8 de octubre de 2016

Algo similar ocurre con Maroil Trading, Inc, otra sociedad de Ruperti constituida en Panamá, empresa a la cual Pdvsa adjudicó un contrato por 138 millones de dólares el pasado mes de septiembre para el retiro de las acumulaciones de coque –residuos procedentes del proceso de refinación del petróleo– que se encuentran en la Refinería de Jose, en el oriente del país.

Ruperti constituyó Maroil Trading, INC en 1996 con el bufete López, López y Asociados en el canaleño paraíso fiscal, como también otra con el mismo nombre en Delaware, EEUU. Nuevamente el nombre de una empresa propiedad del comerciante imita el de otras empresas dedicadas al negocio petrolero, como Maroil Marine & Oil Service (Maroil International) con juridicción en Costa de Marfil.

“Es la forma como se ejecutan los grandes fraudes: se crean empresas con nombres similares a compañías prestigiosas y así los potenciales contratistas asumen que negocian con estas y no con una empresa de maletín”, comentó una fuente ligada al negocio naviero consultada para esta investigación. Se enviaron comunicaciones a la empresa africana para conocer si existe un vínculo con la sociedad de igual nombre propiedad de Ruperti, pero no recibió respuesta al momento de publicar esta investigación.

También es frecuente el uso de socios para ocultar la verdadera identidad jurídica de una empresa. En 2008 el bufete panameño López, López y Asociados, que creó las empresas de Ruperti, aparece como el responsable de la constitución de una compañía llamada Maroil International, S.A, idéntico nombre al que usa la sociedad africana Maroil Marine & Oil Service para sus actividades internacionales. Los directores son los venezolanos Nelson Villalobos Alfonzo y Ludovico José Fontana Ramírez. ¿Y Ruperti?

Hasta allí no parece tener relación con Wilmer Ruperti. Sin embargo, al realizar el cruce de toda esta información, la coincidencia emerge en las páginas oficiales del Registro Nacional de Contratistas (RNC). La empresa “El País Televisión” (nombre jurídico de la extinta televisora Canal I, propiedad del comerciante) tiene como directores a Wilmer José Ruperti Perdomo y el director de Maroil International S,A, Ludovico Fontana.

 

Registro Nacional de Contratistas que muestra la conexión entre Ruperti y Fontana

Dentro de este grupo de accionistas figura también Elsa Lorena Pelgrón Rincón, mientras que Estela Del Valle Pelgrón Rincón es pieza directiva y familiar en la red de empresas que Ruperti constituyó en Panamá. Ambas, al igual que Flor María Pelgrón están vinculadas a Ludovico Fontana, siendo esta última su esposa. Se trata entonces de un grupo familiar que maneja la inmensa red de negocios de Ruperti.

Por su parte, Fontana, junto a otro codemandado en esta causa de nombre Stephen Goss, son socios desde marzo de 2018 ( y mucho antes en otros negocios) en una empresa constituida en el estado de Florida de nombre Corporación Carranca CA, LLP. Fontana ofreció como dirección del negocio el  3350 SW 27th Ave, número 901 (un condo en la exclusiva zona de Coconut Grove) que estaría en condición de pre-remate.

Por su parte, Elsa Lorena Pelgrón Rincón, socia y familia política de Ruperti en sus negocios y empresas, conserva al menos una propiedad en este condado. Se trata de un condominio ubicado en el edificio Skyline Brickell, adquirido en 2004. Igualmente, Estela Pelgrón y Ruperti tienen intereses en el condominio N° 10-E  ubicado en las conocidas como  Grove Towers, ubicadas en la exclusiva zona de Coconut Grove, en Miami.

El portal Latin American Herald Tribune publica un perfil de Ludovico Fontana, ingeniero químico graduado en la Universidad Simón Bolívar en Venezuela. Alude además que sería socio en la firma Inversionistas y Consultores Gemocasha C.A, dedicada al negocio de la minería de oro. Fontana, socio de confianza y familia política de Wilmer Ruperti y Flor María Pelgrón, su esposa, son los directores de la Sociedad Financiera Credinvest, C.A, constituida en Panamá en 1981.

Ludovico Fontana y su esposa, figuran como directivos de la Sociedad Financiera Credinvest.

Cursa en los expedientes del Tribunal Supremo de Justicia una solicitud de  avocamiento impulsada por Ludovico Fontana. Ambos fueron denunciados criminalmente por “la comisión de los delitos de  estafa, agavillamiento, simulación de hecho punible, difamación e injuria, uso y explotación ilegal de marca y patente, uso y difusión ilegal de obras del ingenio, previstos y sancionados en los artículos 464, 287, 240, 444 y 446 del Código Penal; 98, 99, 100 y 101 de la Ley de Propiedad Industrial y artículo 119 de la Ley Sobre Derecho de Autor…”. 

 

Extracto del expediente contra la pareja Fontana Pelgrón

PMI Trading, INC es otra sociedad propiedad de Ruperti. Según la demanda que encauzó Novoship en contra del negociante se incluye a PMI Trading, INC porque “el señor Ruperti hizo creer a las partes demandantes que se trataba de Pdvsa Marketing International, S.A”, una compañía de legítima propiedad de la estatal petrolera venezolana creada en 1983. En 2007 constituyó la empresa también panameña Seaoil Shipping, Corp. Ese nombre se asocia a la empresa noruega Seaoil Shipping, LTD, que desde 1999 ha transportado más de 150 millones de barriles de crudo en sus 14 buques modelo Panamax.

La empresa original, propiedad de Pdvsa que Ruperti impostó su nombre

 

El auge…

Los negocios de Wilmer Ruperti tuvieron su auge a partir de la coyuntura operativa de los buques de transporte que se generó durante el paro petrolero de 2002. Global Shipmanagement, Suramericana de Transporte Petrolero, C.A, Interpetrol y Trafigura de Venezuela se convirtieron en cuatro de las empresas de mayor facturación por fletamentos de buques por parte de Pdvsa, todas propiedad del comerciante.

Se afirmó entonces que el director de Finanzas de Pdvsa, Eudomario Carruyo, le otorgó pagos dobles por estos fletes durante la contingencia de finales de 2002 y principios de 2003. Sin embargo, Ruperti negó esta versión con papeles en mano, y alcanzó a justificar que se trataba de una confusión por los problemas de orden administrativo que se suscitaron en Pdvsa a causa del paro petrolero.

Pero también toda la red de empresas panameñas contribuyeron a engordar las cuentas de Ruperti, con el uso de estas firmas para cerrar contratos como intermediario entre Pdvsa y las empresas dueñas de buques para fletamento con sobreprecios, jugada que tuvo sus consecuencias en al menos dos circuitos judiciales, tanto en EEUU como en Gran Bretaña.

Antes de que llegaran las malas noticias, el negocio navegó viento en popa. La prestigiosa publicación por suscripción Tradewins, que sigue muy de cerca los movimientos comerciales en el negocio del transporte naviero y del sector energético, develó el 8 de diciembre de 2005 que la empresa Maroil propiedad de Ruperti “está tras la compra de dos súper tanqueros, el Emilie-Maersk y el Elisabeth Maersk, valorados en más de 100 millones de dólares cada uno”. Lo que para ese momento era un rumor se convirtió en realidad en abril de 2006.

“Maroil de Venezuela ha cerrado un acuerdo para adquirir su primer súper tanquero, el Elisabeth-Maersk, por alrededor de 116 millones de dólares (…) El buque comenzará a operar casi de inmediato con un nuevo nombre en la flota de Maroil, llevando crudo venezolano en las rutas de largo recorrido a China y Singapur. Concluyendo que el acuerdo es un triunfo para el influyente armador venezolano Wilmer Ruperti, un aliado cercano del presidente Hugo Chávez. Ruperti ha surgido como el único propietario de buques privados en la nación sudamericana, que está llevando a cabo el suministro de crudo a Asia como una alternativa a la tradicional relación con los EEUU”, dice la publicación.

Cuatro meses después Ruperti agregó otro súper tanquero a la colección de buques para fletar, que para ese entonces alcanzó la docena.

“Wilmer Ruperti adquirió un segundo súper tanquero para las exportaciones de crudo a Asia, según los corredores. Se dice que Maroil cerró el negocio por un valor de 114 millones de dólares por el buque Emilie-Maersk, respaldado por un contrato a largo plazo de fletamento con Pdvsa. El acuerdo parece ser similar a la compra del buque Elisabeth-Maersk, que se cree que también fue respaldado por un contrato de flete con Pdvsa por un período de cinco años”.

Para la compra de estos súper tanqueros, Elisabeth-Maersk y Emilie-Maersk (que pasaron a llamarse Hero 1 y Leander), Ruperti pidió un préstamo en diciembre de 2006 al Deutsche Schiffsbank, junto con Bremer Landesbank y UniCredit Bank. Cinco años más tarde las embarcaciones fueron embargados por impagos e incumplimiento de contrato.

La flota de buques tanque de Ruperti, según la publicación, incluía al menos las propiedades parciales del tanquero Almirante Brión, Alloro, Bahía de Pozuelos, General Zamora, Polar e Ícaro. El panorama de los negocios de Ruperti en Venezuela no fue distinto. Eso le valió el apodo de Rey Midas, que usó la publicación Lloyd’s International List luego de entrevistarlo en agosto de 2004 y afirmar que “todo lo que toca lo convierte en oro”.

Sin embargo, parece que no todo el oro provino de sus manos. Otras circunstancias actuaron a su favor. Una de sus empresas, Suramericana de Transportes Petroleros C.A, fue beneficiada con cuatro órdenes de entrega de dólares preferenciales, entre 2004 y 2011 por un monto total de 114.300.000 dólares. Adquiere luego el canal de televisión Canal-I en abril de 2005 y se le asocia con la compra de la cadena radial Radio Rumbos y la entidad bancaria Baninvest.

La empresa de Ruperti favorecida con más de 114 millones de dólares preferenciales

El hundimiento: lluvia de demandas y confiscaciones

El 19 de diciembre de 2012 fue el día en que Ruperti conoció el peso de la justicia británica. “Novoship obtiene una monumental victoria en caso de corrupción, soborno y fraude”, tituló la publicación Tankers y numerosos medios allegados al negocio petrolero se hicieron eco de la noticia que horas antes se había hecho pública en la  Real Corte de Justicia, División Comercial de Londres.

Después de una larga batalla que duró seis años, la empresa rusa, absorbida por el gigante ruso Sovcomflot, obligó a Wilmer Ruperti y dos de sus empresas; Vladimir Mikhaylyuk, empleado de Novoship; Yuri Nikitin, agente de Novoship; y las empresas asociadas a estos, Amon International y Henriot Finance Limited, a pagar un aproximado de 170 millones de dólares como indemnización por los actos de corrupción y fraude que este grupo realizó entre 2002 y 2005 en contra de los intereses de Novoship.

Previamente en 2007 la corte del Distrito Sur del estado de Nueva York (la misma donde se ventiló el caso de Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo Flores, sobrinos de la entonces pareja presidencial venezolana, que purgan una condena por 18 años al encontrarse culpables por narcotráfico), había congelado 17 millones de dólares en cuentas, bienes y propiedades para garantizar que el acusado cumpliera con el pago de la condena.

Un extracto del expediente de Wilmer Ruperti

Finalmente, por este juicio Ruperti fue obligado a pagar 59 millones de dólares, al igual que Mikhaylyuk, mientras que Nikitin fue condenado a indemnizar a Novoship con poco más de 108 millones de dólares.

La acusación original fue encauzada contra Mikhaylyuk, pero a medida que avanzaron las investigaciones, los nombres de Ruperti y sus empresas emergieron como culpables y corresponsables del fraude. Los hechos apuntan a que Ruperti usó sus empresas panameñas (PMI Trading, INC y Sea Pioneer Shipping, Corp) para captar el flete de buques tanqueros de Novoship, sin que esta tuviera conocimiento de su intermediación, mediante pago de sobornos y emisión de documentación falsa que ocultaba tal situación.

Al gigante ruso Novoship se le hizo creer que negociaba con Pdvsa –cuando se trataba de PMI Trading, empresa de Ruperti– al tiempo que Ruperti facturaba inmensos sobreprecios a la estatal petrolera venezolana Pdvsa por concepto de fletamento de buques. Estas operaciones no son posibles sin la participación de funcionarios corruptos dentro de ambas empresas, Novoship y Pdvsa.

Dice Carlos Tablante en su columna publicada el pasado 4 de octubre de 2016, que “se trata del mismo modus operandi utilizado en decenas de operaciones ilegales en fraudes con bonos de la República (caso Gonzalo Tirado y otros) y con la importación de alimentos (caso Naman Wakil y otros), por medio del cual se clonaron instituciones públicas como CASA, registrando nombres similares –generalmente a través de bufetes en Panamá– para defraudar miles de millones de dólares al Estado venezolano”.

Durante la época en que Novoship impulsaba las primeras acciones –entre 2006 y 2007– contra Wilmer Ruperti, este recibía malas noticias desde Europa: los dos súper tanqueros Hero 1 y Leander habían sido detenidos en Singapore y puestos a la orden de los bancos acreedores de las inmensas deudas de Ruperti por impago de los préstamos solicitados para la adquisición de estas embarcaciones.

En noviembre de 2011 se repitió la escena. “El venezolano Wilmer Ruperti está a punto de salir del sector de grandes buques petroleros en el momento en que las autoridades de Malta se preparan para subastar su último súper buque, el Alloro”. La medida se debió a falta de pago por aprovisionamiento de combustible.

En mayo de 2013, apenas meses después de conocerse el fallo de la corte británica en contra de los intereses del contratista de Pdvsa, se anunció el embargo del buque Polar, también de su propiedad. “Commerzbank dio la orden de detener el buque Polar, alegando que había ejecutado la hipoteca de la nave después de que su propietario, Herculito Maritime, entró en situación de impago en 2011. Herculito es una de las tantas afiliadas a las empresas de petróleo Oceanic, del empresario venezolano Wilmer Ruperti”, reseña Tradewins.

Algunas de estas embarcaciones estuvieron registradas por la empresa Global Shipmanagement. En su página oficial es evidente el desplome de los activos de Ruperti. La sección de flotas incluye dos subgrupos en donde se muestra la lista de 34 embarcaciones que otrora conformaron el poder naviero del contratista. Hoy la flota se reduce a cuatro remolcadores, al menos en lo que refiere esta empresa.

La gigantesca flota que estaba en manos de Ruperti
La flota de Ruperti para 2016

Como si fuera poco, su hoy ex esposa, Anastasia Mazzone, anunció la conclusión del proceso de divorcio de la pareja el pasado 26 de enero de 2016, luego de dos años de disputa. Se desconocen los acuerdos que selló la pareja para la manutención de la hija fruto del matrimonio, ya que estos son protegidos por las leyes estadounidenses.

Los “Rupertivideos”

Los señalamientos contra el comerciante han tenido repercusiones en la opinión pública. Uno de los casos más sonados fue el del periodista José Rafael Ramírez, quien fue grabado por el contratista de Pdvsa en el momento en que supuestamente recibía el pago de un soborno.

“El 12 de junio de 2007, Ruperti convocó al periodista José Rafael Ramírez, del diario Reporte, a una reunión con el fin de lograr un acercamiento con ese diario, que a través de varios escritos, no dejaba muy bien parado al empresario revolucionario. El encuentro fue preparado por su jefe de seguridad, Francisco Rafael Madriz, quien seleccionó un local ubicado en el Centro San Ignacio. En el encuentro, el jefe de seguridad sacó a relucir un sobre, que presuntamente contenía 5 mil dólares, que colocó en la mesa y entregó a Ramírez. Al momento de la acción, “sorpresivamente” apareció un comando del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicp) que puso preso al periodista, quien pagó tres años de cárcel acusado por extorsión, delito que nunca pudo ser comprobado”, explicó el periodista Francisco Olivares en El Universal.

El mismo modus operandi fue usado cinco años después. En 2012, Ruperti citó a su residencia al representante de la tolda política Primero Justicia y diputado de la Asamblea Nacional en aquel entonces, Juan Carlos Caldera, y allí lo grabó recibiendo una contribución monetaria para su campaña electoral para la alcaldía de Sucre en la ciudad de Caracas.

Caldera respondió a las acusaciones y reveló quién le dio el dinero y con qué propósito. “Fue Wilmer Ruperti quien me dio el dinero; él se ofreció tras mi triunfo en las primarias de oposición a financiar mi candidatura a la alcaldía del municipio Sucre”, y aseguró que el puente entre él y el comerciante lo tendió Heleodoro Quintero,diputado del partido Un Nuevo Tiempo, recuerda en su portal web el diario 2001. En junio de 2013, Caldera presentó un video para explicar la forma cómo Ruperti habría acordado la celada en su contra.

 Las “colitas” de Ruperti

Entre 2006 y 2007 se comentaba en los medios sobre la adquisición de una aeronave por parte del contratista petrolero; sin embargo, esta información no pudo ser demostrada, como sí el uso de aeronaves privadas por parte de Ruperti para trasladarse al exterior. No pisa territorio estadounidense desde abril de 2015, al menos en lo que se refiere a los registros de entrada a ese país desde Venezuela. Los destinos europeos han sido frecuentes en el último año, muchos de ellos realizados en aeronaves que llevan tras de sí una historia.

Es el caso de la aeronave venezolana siglas YV1346, en la cual Ruperti regresó al país en marzo pasado, proveniente de República Dominicana. La empresa Polymex de Venezuela aparece como la propietaria del avión modelo Citation.

Polymex de Venezuela está inscrita en el Registro Nacional de Contratistas, más no actualizada. Sus directores son José Luis Potolicchio y Vicente Potolicchio, venezolanos vinculados al mundo del automovilismo y que fueron noticia en 2013 por la asignación de dólares preferenciales por parte del Ministerio de Deportes.

El 23 de junio de 2013, el periodista Manuel Isidro Molina hacía mención al hecho. “Dólares Cadivi a montones maneja el Clan Potolicchio, enmascarando costos de carreras automovilísticas en el exterior. Utiliza a uno de sus patrocinantes para sacar una fortuna en dólares… Viene aplicando ese modus operandi y solo ha utilizado 30% de lo tramitado en la ejecución del patrocinio deportivo. Dice estar apadrinado por un diputado del Psuv, justamente opuesto a este tipo de cosas”. Un tweet del entonces ministro Héctor Rodríguez reseña la entrega de recursos a estos pilotos.

Empresa propietaria del avión donde viajaba Wilmer Ruperti
El tuit de Héctor Rodríguez en el que anuncia la entrega de dólares preferenciales a los pilotos

Otra aeronave, siglas YV3051, fue usada por Ruperti para trasladarse a Trinidad y Tobago en enero de 2015. Es la misma que el pasado mes de agosto se estrelló momentos después de su despegue en el Aeropuerto Caracas, muriendo sus dos tripulantes, José Rebollo y Luis Alberto Micciollo Rodríguez.

El avión siglas YV1820 le trajo de vuelta en agosto de 2013 desde República Dominicana. La avioneta pertenece ( o al menos así fue hasta 2011) a Salomón Henry Benacerraf, banquero de tradición en el país. En 2015 se anunció en los medios especializados la adquisición de la sucursal de Miami del banco portugués Banco Espirito Santo por parte de la familia Benacerraf.

“La sede bancaria de Miami, cuyos clientes son en su mayoría de Latinoamérica y Portugal, fue puesta a la venta en agosto de 2014, cuando el Banco Central luso intervino el Banco Espírito Santo (BES), dada su precaria situación financiera”, reseñó la agencia EFE en agosto de 2015.

El avión en el cual viajó Ruperti perteneciente a la familia Benacerraf

El 17 de noviembre de 2009 la aeronave siglas YV2045 trasladó a Ruperti a Curazao. Dos meses después la avioneta trasladó a Shiblaq Basil, detenido a su arribo al aeropuerto auxiliar del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar por encontrarse solicitado por Interpol por malversación de capitales públicos y apropiación indebida, según reseñó la plataforma Informe25.

Shiblaq Basil es el fundador de Soma Oil & Gas Holding, LTD. En 2015 su nombre volvió a la palestra por un caso de fraude que involucra al ex premier británico David Cameron.

Las aeronaves siglas YV2544 y YV2424 sirvieron también al contratista de Pdvsa. La identificación de estas aeronaves remite a la columna Runrunes del periodista Nelson Bocaranda.

En la edición del 17 de diciembre de 2009, Bocaranda explica que “el detenido, Arné Chacón Escamillo, tendría una flota de aviones King Air y un Citation, supervisada por un piloto, Antonio Korol, quien fue el encargado de comprarlos. Las siglas de los aviones serían: YV 2544, YV 2500, YV 2424, YV 2010 y YV 1514 y estaban en los hangares en el aeropuerto Caracas. Las aeronaves eran utilizadas para transportar de cortesía a todos los que depositaban dinero oficial en los bancos”. Se trataría de los Bancos Real y Baninvest, este último presuntamente adquirido por Ruperti.

El último capítulo: qué sigue en el caso de los sobrinos Flores

El último –por ahora– capítulo que protagoniza Wilmer Ruperti se inició con el anuncio el pasado 23 de septiembre de 2016, por parte de Pdvsa de la adjudicación a la empresa Maroil Trading, INC, propiedad del contratista, de un contrato por 138 millones de dólares para el retiro de coque en la Refinería de Jose, ubicada en Puerto la Cruz, en el oriente del país.

Una semana después, el 29 de septiembre, el diario Wall Street Journal publicó una entrevista que le hiciera al comerciante, en la que afirmó ser él quien pagaba la defensa de los sobrinos de la entonces pareja presidencial venezolana, presos en EEUU por el presunto cargo de conspiración para llevar cocaína a este país. Pero Ruperti no sólo sacó de dudas a propios y extraños sobre quién pagaba las onerosas defensas de Flores y Campo, sino que justificó políticamente esa “contribución”.

Ruperti, patria o muerte con la revolución. Así lo hizo público en su cuenta en la red social

Esto perturba la tranquilidad de la familia presidencial. Es necesario que el presidente mantenga la calma (…) estoy ayudando a preservar el gobierno constitucional(…) los cargos que se le atribuyen a los acusados y otros funcionarios venezolanos son parte de una conspiración gigante para ayudar a la oposición (…) hay un intento de etiquetar a Venezuela como un narcoestado”, fueron algunas de las frases que usó Ruperti para explicar su motivación.

Este hecho generó una respuesta en la Fiscalía del Distrito Sur del estado de Nueva York. El entonces fiscal Preet Bharara solicitó, menos de 48 horas después de hacerse público este pronunciamiento, una audiencia para tratar el conflicto de interés que sugiere que un mismo individuo –y con motivaciones políticas– pague los honorarios de la defensa de los sobrinos de Nicolás Maduro y Cilia Flores.

La defensa de Campo y Flores introdujo un documento el domingo 9 de octubre de 2016, en el cual se opone a la realización de una nueva audiencia.

Quedará pendiente para una próxima entrega las razones por las cuales Ruperti hizo pública una información que puede ir en contra de los intereses de los familiares de la entonces primera dama venezolana Cilia Flores.

Como si fuera poco…el Turpial

El destape público de una presunta estafa en la producción del film “El Vuelo del Turpial” fue en 2016 un hervidero de denuncias e historias. Las víctimas del impago por parte de R92 Films, empresa responsable del proyecto, propiedad de Edgard Meinhardt, la actriz venezolana Ruddy Rodríguez y Haik Gazarian como cabezas visibles, trasladaron sus casos a bufetes de abogados venezolanos y extranjeros, pero además, decidieron hablar. Sus versiones confirmaron que Wilmer Ruperti fue parte del proyecto, reseñó esta periodista en un trabajo de investigación realizado para El Pitazo en octubre de 2016.

Numerosas conversaciones con el personal que reclamó sus derechos contractuales a las tres cabezas visibles de la producción del film El Vuelo del Turpial derivan en historias que coinciden en algunos hechos: Meinhardt, Rodríguez y Gazarian no tenían la experticia o el conocimiento para realizar el film, hubo un derroche gigantesco de recursos durante la pre-producción, única etapa por la cual transitó el proyecto y que una vez consumado el despilfarro, ninguno de los responsables ha dado la cara para cumplir sus obligaciones con el equipo.

Imagen ofrecida por uno de Edgar Jiménez, uno de los afectados por la presunta estafa. Imagen: Edgar Jiménez

Pero, una versión es común en las entrevistas: el vínculo amoroso entre el marino mercante y contratista de Pdvsa, Wilmer Ruperti,  con Ruddy Rodríguez, pero también la sospecha de que los recursos que se usaron en la producción del film vinieron de las arcas de comerciante naviero, de quien aseguran es (o fue) socio de Edgard Meinhardt. Fuentes que prefirieron el anonimato por temor incluso por sus vidas así lo confirman. “Ese señor lo vimos en República Dominicana en diciembre del año pasado (2015) y estaba con ella (Ruddy)”, asegura una de los consultados.

Versiones sobre las relaciones entre Wilmer Ruperti y Edgard Meinhardt giran en torno a una sociedad en la que el contratista de Pdvsa habría movido los hilos para facilitar el acceso a las instalaciones militares de Barcelona, en el oriente de Venezuela, donde se encuentra la flota de aviones rusos que serían usados durante el rodaje. Pero además, otra fuente sugirió que “Ruperti debe estar en una situación difícil porque estoy segura que él aportó dinero para el proyecto y ellos (Meinhardt, Rodríguez y Gazarian) lo despilfarraron”. Otra fuente aseguró que “a Ruperti no lo escuchamos más, suponemos que Ruddy y él se separaron y con él se fue el dinero también. No hubo más inversionistas o si los hubo, se quedaron con el dinero y no cumplieron con nosotros”.

Al menos se sabe que ambos coincidieron en República Dominicana. Ruperti partió en un vuelo chárter desde Maiquetía el 27 de noviembre de 2015 con destino a Santo Domingo, capital de la isla caribeña y regresó al país el 10 de enero de 2016 desde el aeropuerto de La Romana que sirve a la exclusiva zona de la isla. “Ese señor pasó navidades con Ruddy, de hecho ella tiene su apartamento allá”, dijo uno de los afectados.

Paralelamente el diario dominicano Listín Diario ubica a la actriz venezolana recibiendo el año nuevo 2016 en una zona exclusiva de la isla en las mismas fechas que el contratista naviero pernoctaba en este país.  Que tanto Rodríguez como Ruperti hayan coincidido en la isla es un punto que suma a las versiones que los integrantes del equipo de producción de El Vuelo del Turpial ofrecieron a El Pitazo.

Ruddy Rodríguez fijó su residencia en la nación caribeña, en un exclusivo resort de playa ubicado en el Boulevard Juan Dolio que pertenece al Club Hemingway. “Ella es viajera frecuente a la costa oeste de EEUU, siempre va a Los Ángeles a hacer contactos; incluso comentó antes de iniciar la producción de El Vuelo del Turpial, creo hace un par de años, que allá están sus amigos de Cienciología y que tenía una casa rentada cuyos gastos los pagaba su novio. De él supimos en República Dominicana, era un empresario venezolano de apellido Ruperti. Incluso compañeros nuestros aseguran estuvo en Canaima y no se dejó ver”, dijo otra fuente.

El “Trust”: la nueva fórmula de la trampa con el sello de Wilmer Ruperti

El investigador Alek Boyd, en su blog Infodio.com, cuenta cómo Wilmer Ruperti estaría detrás de un nuevo esquema para estafar los dineros de la Nación.

Cursa en la corte del distrito Sur del estado de Florida una demanda privada elevada en marzo pasado por el fideicomiso Pdvsa US Litigation Trust en contra de corredores como Lukoil Petroleum, LTD, Glencore, LTD, Vitol S.A, Colonial Oil Industries, INC, y Trafigura AG e individuos como el antiguo socio de Ruperti, Francisco Morillo, por pérdidas de más de cinco billones de dólares. Se acusa a estos de manipular el sistema informático y pagar coimas a funcionarios venezolanos de la estatal petrolera venezolana y así ganar las licitaciones de venta del crudo. Pero los reveladores detalles elevan a Ruperti como el cerebro detrás de este complejo caso.

Cuenta Boyd que el fideicomiso (PDVSA US Litigation Trust) que el ex ministro de Petróleo, Nelson Martínez (quien murió en diciembre de 2018 en custodia de la policía política de Nicolás Maduro) organizó con el escritorio jurídico Boies, Schiller & Flexner “es, a todas luces, un invento de Wilmer Ruperti, archiconocido boliburgués que no tenía donde caerse muerto a principios de la era chavista”. Aquí podrá leer el reporte completo.

El abogado de esta firma David Boies declaró a Reuters que “esta es una demanda de Pdvsa que ilustra hasta qué punto Pdvsa y la República de Venezuela están ahora preparados para ir tras la corrupción, independientemente de quiénes sean las personas involucradas”. Lo que no explica Boies es quién está detrás de esa demanda, quién está detrás de él.

Explica Boyd en una de sus investigaciones que David Boies es dueño y fundador de Boies, Schiller & Flexner, el bufete que como se dijo defendió sin éxito a los sobrinos Flores y sus honorarios fueron honrados por Wilmer Ruperti, quien, a su vez,  conectó a este con Maduro y Cilia Flores “quienes ordenan a Pdvsa la formación de un fideicomiso (para llevar a cabo esta demanda) por medio del cual: 1) Pdvsa cede a Boies el 66% de los posibles bienes, activos, compensaciones que la demanda contra Morillo y empresas asociadas pudiera obtener, 2) Pdvsa exime a Boies de cualquier derecho de exclusividad de representación que ésta pudiese tener sobre el bufete de Boies con relación a los más de 40 acusados. Es decir, Boies demanda por fraude a un montón de empresas representando a Pdvsa, pero si una de las demandadas decide luego contratar a Boies para demandar a Pdvsa por injuria, por ejemplo, Boies tiene libertad plena para entromparse con Pdvsa”.

El caso se origina, según las versiones periodísticas luego que Ruperti rompiera relaciones de negocios con su socio Francisco Morillo. Luego, tras una brusca ruptura marital, la ex mujer de Morillo robó su computadora y se la entregó a Ruperti, información que este a su vez le vende a Maduro al tiempo que le conecta con el bufete de Boies.

A pesar de su notable exposición mediática y rumores manoseados sobre el embargo de sus bienes, cuentas y propiedades, la más de 42 empresas, sólo en Panamá, parecen gozar de buena salud. Sin embargo, arrecia desde Estados Unidos y países del viejo continente la persecución de los dineros mal habidos que funcionarios venezolanos y mal llamados empresarios, han extraído del país. Todo apunta que el tic-tac, tan de moda en estos tiempos tocará también las puertas a la lealtad revolucionaria.

 

 

 

 

 

 

 

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